MOVILIDAD JUBILATORIA Los haberes jubilatorios perderán hasta 8,3% en el año 2018.

La semana pasada se comunicó el aumento de jubilaciones
correspondiente al tercer trimestre del año, en el orden del
6,68%, lo cual consolida una suba del 19,2% en los primeros
nueve meses del año. Así, el haber mínimo alcanza los $8.637.
 Lejos de resultar un dato alentador para el colectivo de más de 7
millones de jubiladas y jubilados, este ajuste redundará en una
baja “real” en sus ingresos, esto es, neta del efecto inflacionario.
 Este fenómeno no es inesperado; se desprende de manera
directa de la modificación sancionada a fines del año pasado
sobre la Ley de Movilidad Previsional.
 Más aún, el cambio en los parámetros de ajuste jubilatorio no
repercute solamente sobre los haberes, también impacta en los
ingresos de demás programas de transferencia como la AUH,
asignaciones familiares y ciertas pensiones no contributivas.
 Recapitulando, cuando se sancionó la reforma, buena parte del
espectro político-económico señaló los riesgos de vincular la
movilidad de las prestaciones a la inflación más salarios.
 Básicamente, en contextos como el actual, la evolución de los
precios internos verifica un fuerte desacople con la canasta de
consumo promedio de quienes perciben estas transferencias.
 Asimismo, el diferimiento en las fechas de cómputo del IPC en la
fórmula de ajuste, incorpora un factor de retraso en la captación
del aumento de precios, en períodos de alta dispersión.
 Por último, la incorporación de un 30% de incidencia de salarios
registrados, en el marco de paritarias a la baja, influye
negativamente en el porcentaje de ajuste jubilatorio trimestral.
 En la presente infografía, analizamos el estado actual de los
haberes de lxs trabajadorxs pasivxs y demás perceptores de
transferencias, tanto a la luz del ajuste anunciado, como en su
desarrollo en los últimos años. Asimismo, estudiamos la
evolución del poder de compra de tales ingresos.
 Los principales números son sintomáticos de la caída en el
poder adquisitivo de los haberes. Al proyectar inflación y ajuste
por movilidad para lo que resta de 2018, se cae en cuenta que el
deterioro de 2018 se posicionará en 4,5% promedio.
 Este promedio tendrá picos de 8,3% en agosto y de 7,6% en
septiembre. El desacople en el índice de inflación respecto de las
expectativas oficiales explica buena parte de estos resultados.
 Monetizando el deterioro en los haberes reales, se encuentran
pérdidas significativas para lxs trabajadorxs pasivxs. Por caso,
sólo en el año 2018, quienes cobran la mínima se estima que
perderán más de $4.900 por ajustes por debajo de la inflación.
 Similares resultados se encuentran cuando se analizan los
demás programas de transferencia que ajustan por la fórmula
de movilidad. Así, en los dos últimos años y medio, la AUH
presenta un deterioro en relación a la inflación de $2.929.
 Cuando se aleja la lupa en el eje temporal, los resultados son aún
más complejos para lxs jubiladxs. Ocurre que, calculada desde
fines de 2015, la caída acumulada hasta fines de este año será
del 8%, una vez descontado el efecto inflacionario.
 Medido en relación a la canasta básica de consumo computada
por el Indec, la merma también es significativa: se redujo en un
5,5% promedio, en los últimos veintiséis meses.
 En una medición de poder de compra, los números no son más
auspiciosos. La capacidad de adquirir distintos bienes y
servicios, se redujo sustancialmente en los últimos dos años y
medio. Carne de nalga (-1,6%), leche (-9,6%), pan (-16,7%) y boletos
de colectivos (-43,5%), son sólo algunos de los ejemplos.

Fuente: UNDAV

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