El Uruguay finalizó 2016 con un dinamismo económico que, si bien se mostró moderado, fue mejor que el estimado hacia mediados del año. El producto interno bruto (PIB) se expandió un 1,5%, lo que completó 14 años ininterrumpidos de crecimiento económico. Para 2017 se espera que la economía crezca un 3%, impulsada por la inversión y el consumo privado, así como por la demanda externa.
Luego de la desaceleración del crecimiento económico experimentada desde mediados de 2015, la economía uruguaya retomó una senda de expansión en los últimos meses de 2016. En particular, los datos del cuarto trimestre muestran un crecimiento del 3,4% con respecto al mismo período del año anterior. En tanto, la inflación se encuentra en una tendencia a la baja sostenida desde mayo de 2016 (cuando había superado la barrera del 10%), y alcanzó el 6,5% en los 12 meses terminados en abril de 2017.
El déficit fiscal se mantiene en niveles muy elevados y, pese a las medidas implementadas por el Gobierno, los signos de retroceso son aún muy incipientes. En 2016 el déficit del sector público consolidado se ubicó en un 4% del PIB, el mayor desequilibrio desde 1989. De todos modos, es preciso señalar que el Uruguay continúa manteniendo niveles razonables de deuda con respecto al PIB, sigue en un lento proceso de desdolarización de la misma, presenta un perfil de vencimiento de muy largo plazo, y cuenta con créditos contingentes numerosos y elevados de organismos internacionales.
La reducción del déficit fiscal parece ser uno de los mayores desafíos en materia económica para el Gobierno. En ese sentido, a principios de año se implementó un paquete de medidas de incremento de tasas del impuesto a la renta de las personas físicas, que había sido aprobado a mediados de 2016. Si bien el ajuste tarifario no ha deteriorado sensiblemente las expectativas de consumo de los hogares, parece existir poco margen político para la aprobación de nuevos aumentos en los impuestos, al tiempo que el incremento determinado para las pasividades y los egresos resultantes de la expansión de la cobertura del sistema de salud en 2016 dificultan una desaceleración significativa del gasto público en 2017.
El saldo de la balanza comercial con el exterior ha mejorado en los últimos trimestres producto de una mejora en los términos de intercambio. En efecto, en 2016 los precios promedio en dólares de las exportaciones cayeron un 6%, mientras que los precios de las importaciones descendieron un 11%. En ese marco, se registraron sucesivos aumentos del superávit comercial producto de caídas del valor de las importaciones, que fueron mayores a las del valor de las exportaciones. En particular, en 2016 las exportaciones de bienes se redujeron un 8%, al tiempo que las importaciones lo hicieron un 14%.