Filip Blazheski / Kan Chen / Boyd Nash-Stacey
14 de marzo de 2018
La brillante perspectiva macroeconómica de EE. UU. se refleja en unas previsiones de evolución sólida en todos los estados
La adopción de las nuevas tecnologías en la industria petrolera y del gas es indicativa de unos niveles de pleno
empleo en lugar de máxima producción en el sector minero y beneficiará a las regiones y los nichos de servicios de alto valor añadido que puedan adaptarse a las nuevas demandas tecnológicas
Las sólidas tendencias macroeconómicas y la recuperación minera confieren una probabilidad casi en mínimos históricos de que los estados entren en recesión
Las perspectivas de la banca minorista son halagüeñas en todo el país, y el estado de Texas se encuentra en general entre los mercados de mayor crecimiento a corto y medio plazo
La economía estadounidense está experimentando un período de crecimiento robusto respaldado por un impulso interno, el estímulo fiscal derivado de los recortes de impuestos y el aumento del gasto público, así como por el aumento sostenido de la demanda mundial. Si bien los patrones de crecimiento económico regional reflejan en gran medida esta evolución de los datos macroeconómicos, existen diferencias importantes entre los estados debido a sus diferentes combinaciones industriales, exposición a los mercados mundiales de materias primas y tendencias comerciales y financieras. Un factor que destaca a causa de su impacto sobre estas diferencias en 2018 es la recuperación de las regiones dedicadas al petróleo y el gas; se trata de un factor en constante evolución que venimos observando desde la recesión del sector en 2016. Por ello, consideramos que las perspectivas para 2018 y a medio plazo son positivas para todas las regiones de EE.UU. Esto también será de gran ayuda para los préstamos bancarios minoristas en los mercados regionales.