Pobreza y desigualdad por ingresos en la Argentina urbana 2010-2016 (PRESENTACIÓN)

Durante el período del Bicentenario, los indicadores laborales muestran la persistencia de la pobreza y desigualdades estructurales. Todavía estamos lejos de garantizar los derechos mínimos de inclusión social para una parte importante de la sociedad.

La evolución de distintos indicadores de las condiciones materiales no ha sido equitativa al interior de la estructura social. Los más perjudicados en lo que respecta a las capacidades de subsistencia fueron los hogares de estratos muy bajos y de espacios segregados.

Las brechas en la subsistencia material y el bienestar económico de los hogares no han disminuido, persisten en el tiempo y se presentan como estructurales, resultando central y explicativa la falta de oportunidades laborales de calidad.

Durante el último año, las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política antiinflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales.

Si bien este shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido durante la segunda parte del año. El proceso habría generado un mayor deterioro laboral y en los ingresos de los sectores medios bajos informales, así como una profundización de la indigencia en los sectores más vulnerables.

En análisis histórica muestra que el crecimiento no será suficiente para revertir las desigualdades estructurales que afectan al mercado de trabajo, con efectos directos sobre la indigencia, la pobreza y la exclusión estructural.

Fuente: UCA

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