Boyd Nash-Stacey
29 de marzo de 2018
Los factores que preceden a la crisis, como la globalización, la innovación, la demografía y la productividad,
explican en su mayor parte los persistentes datos de inflación por debajo del objetivo.
Aunque existe una relación más tenue entre la holgura del mercado laboral y los salarios, algunos ajustes
adicionales podrían ayudar a elevar los precios por encima del objetivo del 2% a medio plazo.
La evidencia empírica confirma la relación positiva entre la política fiscal expansiva y la inflación
El equilibrio entre los vientos en contra estructurales y los impulsos fiscales sugieren un modesto rebasamiento del objetivo del 2% en el corto plazo
A pesar de algunos detractores de la flexibilización cuantitativa, los temores inflacionarios en los últimos ocho años han tenido predominantemente un sesgo a la baja. La Fed restó importancia al hecho de no llegar al objetivo durante años dada su empecinada creencia en la relación entre las presiones salariales y la holgura del mercado laboral, lo que lleva a una brecha no trivial entre las orientaciones en materia de política monetaria (forward guidance) del comité y las expectativas del mercado. Para explicar el bajo entorno inflacionario se ha culpado desde a los precios de los contratos de telefonía móvil hasta a los medicamentos recetados y a la Reserva Federal. Por ejemplo, Yellen, en su conferencia de prensa a mitad de año 2017, enfatizó que las lecturas de inflación inesperadamente bajas guardaban relación con una «gran caída en los precios de los planes de servicios de telefonía móvil y con la bajada de los precios de algunos medicamentos con receta». Otros han argumentado que el hecho de que no se hayan elevado los tipos de referencia antes ha presionado a la baja las expectativas de inflación y ello, a su vez, ha frenado la inflación real. Neel Kashkari incluso llegó a cuestionar las políticas de la Fed y su falta de éxito en conseguir
alcanzar el objetivo de inflación del comité diciendo que:
Si no me equivoco, las acciones de la Fed son un factor importante que conduce a una inflación sorprendentemente baja y a expectativas de inflación decrecientes … Si de mí dependiera, yo no subiría los tipos nuevamente hasta que
alcancemos una inflación subyacente del índice PCE del 2 por ciento sobre una base de 12 meses.
Sin embargo, las expectativas se han ajustado rápidamente al alza, lo que ha llevado a plantear dudas sobre el riesgo potencial de las inminentes presiones inflacionarias. Si bien la política fiscal expansiva o la política monetaria de aquiescencia plantean un riesgo sustancial para la estabilidad inflacionaria a largo plazo, los cambios estructurales y una relación debilitada entre los salarios y la tasa de desempleo, entre otros factores, probablemente contengan las presiones sobre los precios, lo que apunta a que la inflación tan solo crecerá de forma moderada en promedio a medio plazo.