INFORME ECONÓMICO SEMANAL Banco Ciudad

El tipo de cambio volvió al centro de la escena, en una semana en la que la
demanda de divisas recobró impulso ante un recrudecimiento de las tensiones en
los mercados financieros internacionales fruto de una nueva suba de tasas de
interés en Estados Unidos, situación que localmente se vio exacerbada por el
desarme de posiciones de Lebacs por parte de fondos extranjeros, que buscaban
anticiparse a la entrada en vigencia del impuesto a la renta financiera. En
respuesta, los movimientos del BCRA fueron avazando con el correr de los días,
desde una venta récord de reservas el miércoles (orientada a defender la paridad
cambiaria), a permitir un deslizamiento del tipo de cambio el jueves y, finalmente,
subir 3 puntos porcentuales su tasa de política monetaria el viernes (hasta 30,25%),
buscando incentivar un reposicionamiento en pesos y calmar la plaza cambiaria.
En lo que hace a los factores detrás de las presiones sobre el tipo de cambio, el
catalizador inicial fue, una vez más, la suba en la tasa de los bonos del Tesoro
norteamericano a 10 años. Esta tasa superó la barrera del 3% por primera vez
desde el año 2014, ante una oferta creciente de bonos por parte del Tesoro
norteamericano con vistas a financiar la reforma impositiva puesta en práctica por
la actual administración republicana. Todo ello, en un contexto de normalización de
la tasa de política monetaria de dicho país, ante renovados temores de una
aceleración de la inflación, frente a un robusto crecimiento económico y un
persistente incremento del precio internacional del petróleo.
La suba de los rendimientos en los Estados Unidos, tal como ya había ocurrido a
comienzos de año, gatilló un desplazamiento de fondos de los mercados
emergentes hacia el norteamericano (“flight to quality”), que se vio reflejado en
una depreciación de las monedas de la mayoría de los países frente al dólar. En la
región, el real brasileño cedió en la semana 1,4% ante la divisa estadounidense, el
peso chileno 1,6%, y el peso colombiano 2,7%, por nombrar sólo algunos ejemplos.
El segundo elemento en juego (que potenció lo ocurrido a nivel global) fue local y
estuvo vinculado a la entrada en vigencia del impuesto a las ganancias sobre las
rentas de los activos financieros para tenedores del exterior, el cual grava en un 5%
el rendimiento de las Lebacs, entre otras modificaciones. Este tributo, que ya
estaba previsto que comenzara a regir el jueves de esta semana, dio lugar a un
fuerte desarme de posiciones de Lebacs por parte de los inversores extranjeros el
día miércoles (duplicándose los volúmenes habitualmente transados en el mercado
secundario de estos instrumentos), quienes con los pesos obtenidos gatillaron un
fuerte incremento de la demanda de dólares, para su posterior giro al exterior.
Ante esta coyuntura, y tras dos semanas en las que se mantuvo al margen de las
operaciones en el mercado de cambios, el Banco Central volvió a intervenir con
ventas por USD 211 millones el lunes y USD 426 millones el martes, para luego
incrementarlas a un pico de USD 1.471 millones el miércoles, tendientes a sostener
la paridad cambiaria. El jueves, con intervenciones intermitentes por un total de
USD 853 millones, dejó deslizar el tipo de cambio, para luego retomar ventas más
agresivas el viernes, por USD 1.382 millones, sumando ventas por USD 4.343
millones en la última semana y USD 6.772 millones desde comienzos de marzo.
En paralelo, el Banco Central finalmente también terminó impulsando una suba en
las tasas de interés, con la idea de incentivar un reposicionamiento en pesos y
moderar las presiones cambiarias. Inicialmente, convalidó un incremento de las
tasas de las Lebacs en el mercado secundario hasta el 28,4%, decidiéndose luego
por implementar directamente una suba anticipada en su tasa de referencia (la
próxima reunión del Comité de Política Monetaria estaba pautada para el 10 de
mayo), llevándola hasta un 30,25%, valor no observado desde agosto de 2016.
Como resultado, tras mantener hasta el miércoles el tipo de cambio mayorista en
torno a los valores en los que había oscilado durante marzo y buena parte de abril
($20,22 promedio), la autoridad monetaria convalidó el jueves una suba del valor
del dólar hasta $20,55, que luego llegó a posicionarse en la mañana del viernes en
un pico de $20,92, para cerrar la jornada en $20,54, tras el anuncio de la suba de la
tasa de interés y nuevas intervenciones cambiarias. De esta forma, el peso finalizó
la semana con una depreciación respecto al dólar de 1,8%, similar a la
experimentada por otras monedas latinoamericanas.
En suma, el saldo de los movimientos de esta semana fue un peso más débil y unas
tasas de interés más altas que las previstas anteriormente. Los cambios impositivos
y la volatilidad reciente tendieron a reducir los incentivos a invertir en pesos de
determinados inversores (principalmente extranjeros), y dieron lugar a un tipo de
cambio más elevado y tasas de interés más altas que las vigentes previamente,
orientadas a desincentivar el rebalanceo de carteras que presionó sobre el dólar y
acotar un eventual impacto sobre los precios internos.

Fuente: Banco Ciudad

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