CLAVES DE LECTURA
La actividad alcanzó, luego de dos años, los niveles máximos que se registraron a mediados de 2015. La inversión continúa siendo el componente más dinámico, aunque exhibe cierto estancamiento en los últimos meses. Esto plantea dudas sobre el impacto que tendrá en la economía el ajuste del gasto de capital, que comenzará en los próximos meses según las propias previsiones del presupuesto.
El consumo de los hogares sigue siendo el flanco más débil, sobre todo en el terreno del consumo masivo, en un contexto en el cual los salarios reales todavía no logran alcanzar los niveles de 2015. La recuperación de la economía, de tornarse más robusta, plantea nuevos desafíos: el déficit de cuenta corriente es el más elevado en una década, y hay pocas expectativas de que esta situación se revierta en el corto plazo.
En el plano fiscal, es posible que haya novedades importantes en varios frentes antes de fin de año: la reforma tributaria en ciernes, junto con los acuerdos post-electorales con las provincias y la discusión sobre el Fondo del Conurbano, van a configurar el escenario sobre el cual el gobierno deberá maniobrar para cumplir con sus metas fiscales.
Octubre trajo como novedad el incumplimiento formal, por segundo año consecutivo, de las Metas de Inflación del BCRA. Si bien la respuesta inmediata de la autoridad monetaria fue un nuevo endurecimiento de la política monetaria, las dudas sobre la efectividad de este régimen de política ya están sobre la mesa.
Aún es prematuro estimar el impacto del incumplimiento de las Metas de Inflación en las paritarias que cerraron con las llamadas “cláusulas gatillo”. No obstante, tomando en cuenta los variados aumentos de precios regulados que se vienen entre fines de 2017 y principios de 2018, los próximos meses prometen ser cruciales para delinear el entorno de las negociaciones salariales del año entrante.
Con la mirada puesta en el saldo comercial
En los primeros nueve meses del año, la balanza comercial arrojó un déficit de USD -5.200 millones, contra un superávit de USD 1.865 registrado en idéntico periodo de 2016. Este resultado se explica debido a que las exportaciones se encuentran estancadas, mientras que las importaciones continúan creciendo a tasas elevadas. En efecto, las ventas al exterior subieron un 0,7% anual en los primeros nueve meses, aunque descartando el efecto precios se registra una caída de -0,6%. A nivel desagregado, se observó una caída de las cantidades exportadas de Productos Primarios, Manufacturas de Origen Agropecuario y Combustibles, compensadas parcialmente por una mejora en las MOI. Al analizar estas últimas, se observa que gran parte de la mejora se explica por una suba de las exportaciones en concepto de Metales comunes y Vehículos de transporte terrestre. En efecto, las ventas de automóviles (cerca de 30% del total de las MOI), acumulan un alza mayor al 11% anual en los primeros nueve meses del año, lo cual se explica por el fortalecimiento de mercados no tradicionales. Si bien la prolongada recesión en Brasil continúa afectando las ventas argentinas a dicho mercado, esto es más que compensado por el crecimiento de otros socios no convencionales, entre los cuales se destaca América Central (+1500%), Perú (+400%), Chile (+90%), Ecuador (+1100%), Colombia (50%) y Paraguay (60%).