Ganadores y perdedores 2016

Distintos datos difundidos por el INDEC permiten realizar una radiografía de los cambios sucedidos en 2016. En primer lugar, la Encuesta Permanente de Hogares arrojó una tendencia a la baja en la desocupación, que pasó del 9,3% en el segundo trimestre del año a un 7,6% en el cuarto. Sin embargo, parte de esa caída es atribuible al efecto “desaliento”, esto es: al hecho de que los desempleados desisten de buscar trabajo y dejan entonces de ser computados como tales, pasando a integrar la población inactiva. Es así que la población activa cayó del 46% en el segundo trimestre de 2016 al 45,3% en el último período del año.

Cuando se analizan los guarismos por localidades, se advierte que los mayores niveles de desempleo corresponden a Mar del Plata (10,6%), el Conurbano bonaerense (9,4%), Bahía Blanca (9,2%) y el Gran Rosario (8,6%). En cambio, los menores corresponden a Viedma-Carmen de Patagones (0,8%), Santiago del Estero (1,8%), Resistencia (2,5%) y Posadas (2,7%). Todos estos casos, salvo Posadas, aparecen asociados con bajas tasas de actividad. Esto podría explicarse por el hecho de que un importante segmento de los desocupados percibe planes sociales y desiste de buscar trabajo. Esto no estaría ocurriendo en los grandes centros urbanos que -con excepción de la ciudad de Buenos Aires- registran las más altas tasas de desempleo, pero que también ofrecen mayores expectativas de trabajo. A contramano de la tendencia general, aparecen algunas localidades con incremento en la desocupación en el transcurso de 2016. Es el caso del Gran San Luis, donde la desocupación pasó de un 2,8 en el segundo semestre a un 3,8% en el cuarto.

Algo similar ocurre con el Gran Tucumán, donde la progresión fue del 7,4 al 7,9%, así como con Bahía Blanca (de 7,7 a 9,2%), Gran La Plata (6,9 a 7,1%), Gran Paraná (4,1 a 5%), Gran Santa Fe (de 5 a 5,1%), Santa Rosa (de 4,7 a 7,6%), Comodoro Rivadavia (de 2,4 a 3,4%) y Río Gallegos (de 6,3 a 6,4%). Si bien es cierto que algunas de estas variaciones pueden responder a factores estacionales, llama la atención su comportamiento que contradice al del resto del país. Si se analiza el comportamiento de los distintos sectores económicos, se observa que el PBI total cayó un 2,3% en 2016. La gran mayoría de las ramas de actividad presentan coeficientes negativos, encabezadas por la Construcción, con una caída del 11,3%. Sólo se observan variaciones positivas en Transporte y Comunicaciones (3,2%), Servicios Sociales y de Salud (2,7%), Enseñanza (1,9%), Administración Pública (1,9%), Electricidad, Gas y Agua (1,4%) y Hoteles y Restaurantes (1,8%). En otras palabras, las actividades productoras de bienes tuvieron comportamiento negativo y sólo registraron uno positivo algunas productoras de servicios.

Fuente: CENE - UB

Leer más Informes de:

Empleo y Social