En 2018 se está consolidando la reducción en los subsidios que el Estado dirige al sector privado, específicamente al sector energético y al de transporte. Durante el primer trimestre de 2018 el total de los subsidios cayeron un 20,3% frente al 2017, por lo que, en términos reales, es decir descontando la inflación del orden del 25%, la caída fue de algo más del 36%.
Esta caída en términos reales es la continuidad de un proceso de reducción de subsidios que había comenzado en 2016. Entre 2016 y 2018 se estima que la caída real de los subsidios será del 63%, fundamentalmente empujada por la reducción en los fondos orientados a la energía con una caída acumulada proyectada del 79%.
Mientras que los subsidios enfocados al sector privado (básicamente energía y transporte) representaban un 16,3% del gasto primario en 2016, fueron del 10,3% en 2017 y se reducirían al 6% en 2018. Idéntica consideración se puede realizar considerando su peso en el total de la economía. En 2016 estos subsidios representaban un 3,6% del PBI argentino, fueron el 2,1% en 2017 y se reducirían hasta el 1,2% en 2018.
Fuente: INVENOMICA, con datos del Ministerio de Hacienda y del Indec.
La reducción se verificó especialmente en el rubro energético. Los subsidios enfocados en el sector representaban un 11,7% del gasto primario en 2016 y se reducirán hasta tan solo el 2,4% en 2018. Analizados en términos del PBI, entre el 2016 y el 2018, se reducirán a un quinto.
Fuente: INVENOMICA, con datos del Instituto Argentino de la Energía y del Indec.
El gasto primario corriente del Estado argentino creció en el primer trimestre de 2018 un 23%, 2 puntos porcentuales menos que la inflación. Si a ese gasto primario corriente se le excluyera la reducción de los subsidios orientados a la energía y al transporte, su crecimiento interanual habría sido del 27%, marcando la pauta que el ahorro en subsidios fue reubicado en otros rubros de gastos corrientes, entre los que se destacan las jubilaciones y pensiones.