En 2017 la economía crecería a una tasa cercana al 3% marcando una recuperación del consumo y la inversión. Esta última con menor incidencia pero en mayor proporción. También, el aumento de demanda se tradujo en crecientes importaciones netas de exportaciones como se muestra en el gráfico que sigue.
En términos contables, en 2017 el consumo agregaría 3 pps y la inversión 2 pps, mientras que mayores importaciones netas descontarían 2 pps, generando el crecimiento del PBI de alrededor del 3% mencionado anteriormente. En otros términos, el consumo, inversión y exportaciones superan la producción local de bienes y servicios y la diferencia se importa.
Entre 2004-2008 la economía creció a una tasa promedio de 8% anual, pero con una menor incidencia relativa de importaciones netas. Durante ese periodo, el contexto internacional favorecía las exportaciones y el nivel de tipo de cambio real del ARS y la existencia de capacidad ociosa contribuyeron a que la expansión de la demanda agregada impactara en menor proporción en las importaciones netas.
Hacia adelante, y dadas las condiciones actuales, es esperable que importaciones netas crezcan relativamente más, particularmente si se tiene en cuenta la esperada incorporación de bienes de capital y derivados en el proceso de impulso a la inversión (60% del equipo incorporado en 2017 proviene del exterior). Consumo e inversión crecientes, que se traducen en más importaciones netas, se están financiando con fondos del exterior. En este año, la mayor parte de ese financiamiento es por emisión de deuda (prácticamente en moneda extranjera y emitida por el Sector Público Nacional).
En efecto, el gráfico que sigue muestra que en los últimos 12 meses el ingreso neto de capitales fue por USD 29.900 millones (en base caja), de los cuales más del 80% provino de emisiones de deuda.
Surge el interrogante sobre la posibilidad de sostener una cuenta corriente negativa en un contexto en el que no se dan las condiciones del 2004-2008, a pesar de mejores términos del intercambio. En este sentido, el financiamiento o mayor inversión extranjera (“capital”) relacionado con la importación de bienes de capital ayudaría a que el proceso pueda continuar y se puedan efectuar algunas inversiones estratégicas, pero el lento impacto de las reformas estructurales y la inversión en infraestructura (incluido las que se desarrollen en el marco de PPP) indicarían que la cuenta corriente siga siendo negativa y creciente con el crecimiento. De esta manera, la economía seguirá dependiendo del financiamiento externo para generar las reservas necesarias para pagar el déficit de cuenta corriente y poder crecer. Mientras que el escenario financiero internacional y el político interno se mantengan, la disponibilidad de financiamiento para lograrlo no debería ser una preocupación.