Durante la Gran Recesión los flujos hacia y desde el empleo a tiempo completo fueron desproporcionados para los
trabajadores poco cualificados, lo que elevó el crecimiento medio de los salarios reales. Por el contrario, el cambio
secular en materia demográfica, es decir, la jubilación de los baby-boomers, contribuyó negativamente al crecimiento
medio de los salarios reales durante la recuperación posterior a la Gran Recesión. Los avances tecnológicos de carácter
general, la tecnología de comunicación de la información y la digitalización son los factores comunes que subyacen a
tres importantes componentes estructurales que contribuyen al estancamiento del crecimiento de los salarios reales: el
bajo crecimiento de la productividad, la disminución de la participación de la renta laboral y el aumento de la desigualdad
en la distribución del crecimiento salarial. Las políticas orientadas a la inversión en capital humano son necesarias para
desentrañar el uso de los avances tecnológicos con vistas a promover la prosperidad generalizada.