El impuesto a las ganancias es una de las principales fuentes de ingresos tributarios en
prácticamente la totalidad de los países desarrollados o en vías de desarrollo.
Adicionalmente, es uno de los principales instrumentos utilizados para darle
progresividad al sistema, toda vez que su principal alternativa, los impuestos al
consumo, afectan proporcionalmente con mayor énfasis a los estratos de más bajos
ingresos.
Los ingresos de las personas físicas están normalmente alcanzados por este impuesto
cualquiera sea su fuente, incluyendo las remuneraciones de trabajadores, tanto de
aquéllos que prestan servicios en relación de dependencia como de quienes lo hacen
como autónomos. En consecuencia, no existen dudas doctrinarias respecto a la
procedencia del pago de este impuesto por parte de los trabajadores, por lo cual la
discusión debiera centrarse en dos dimensiones del tributo:
I. a cuántos trabajadores alcanza
II. cuánto pagan los trabajadores alcanzados.
Estos dos aspectos no pueden analizarse en forma aislada, dado que están
estrechamente relacionados. Esto es así porque reducir la importancia relativa del
impuesto a las ganancias atentaría contra la progresividad del sistema, razón por la
cual si se pretendiera excluir del tributo a mayor cantidad de potenciales
contribuyentes, paralelamente se debería incrementar la presión tributaria sobre los
que quedasen alcanzados por el mismo, debiendo optarse por si ésta va a recaer
principalmente sobre los trabajadores de ingresos medios o altos.
La situación experimentada entre 2002 y 2015 se caracterizó por la decisión de
mantener un elevado porcentaje de trabajadores dependientes fuera del alcance del
impuesto, pero a costa de un fenomenal incremento de presión tributaria sobre los
trabajadores dependientes y autónomos de ingresos medios, dado que la situación de
aquéllos de ingresos altos permaneció, en términos relativos, casi sin modificaciones.
Esta decisión de política tributaria, unida a una pésima implementación, deterioró
totalmente la progresividad y la equidad del tributo dado que, por ejemplo:
a) trabajadores de igual nivel de ingresos quedaban sujetos a una situación
tributaria totalmente diferente conforme hubiera sido su remuneración en un
momento específico del período analizado (por ejemplo agosto 2013).
b) trabajadores con mayor nivel de ingresos antes de impuestos podían terminar
ganando menos como consecuencia del tributo, que otro cuya remuneración
bruta fuera inferior.
c) para importantes niveles de ingresos, el impuesto no distinguía entre
trabajadores con y sin cargas de familia.
d) prácticamente no había diferencia entre la alícuota efectiva de un trabajador
de ingresos medios (normalmente alcanzado por alícuotas superiores al 25%) y
grandes contribuyentes cuya alícuota efectiva terminaba siendo solo
ligeramente superior al 30%.
e) los trabajadores autónomos quedaban sometidos a alícuotas promedio entre
dos y tres veces superiores a los dependientes de similar nivel de ingresos
netos.