INFORME ECONÓMICO SEMANAL Nº 460 – 29 de Junio de 2018

Ante un recrudecimiento de la volatilidad en los mercados globales, que se trasladó
inicialmente a las cotizaciones de las acciones y los bonos locales, el mercado de
cambios no se mantuvo al margen, situación que llevó al Tesoro y al Banco Central
a incrementar transitoriamente el volumen de las subastas diarias de divisas,
buscando estabilizar una plaza aún volátil. Por otro lado, se conocieron los datos de
actividad económica correspondientes al mes de abril, en los que se vio plasmado
el impacto de la sequía, aunque con la mayoría de los sectores todavía operando en
terreno positivo en comparación con un año atrás. También se difundieron en la
semana los números del balance de pagos del primer trimestre, los cuales
mostraron un incremento del déficit de la Cuenta Corriente, situación que reflejó,
sin embargo, el entorno macroeconómico imperante previo a los recientes
movimientos cambiarios, los cuales se prevé que impacten en las cuentas externas
en los próximos meses.
En el plano financiero, ante un contexto internacional que exhibe un grado
creciente de indefiniciones, principalmente vinculado a la guerra comercial entre
los países centrales y sus eventuales repercusiones sobre el crecimiento global, las
acciones y bonos locales no estuvieron al margen de un proceso de “flight to
quality” que gatilla salidas de fondos de mercados emergentes. En este marco, el
índice Merval retrocedió 13,8% en la semana, al tiempo que la prima de riesgo de
los bonos argentinos, medida por el índice EMBI+, se incrementó en 77 puntos
básicos hasta los 612 puntos, amplificando la plaza local los movimientos globales y
revirtiendo las mejoras de la semana previa, tras la aprobación del acuerdo con el
FMI y la recategorización a economía emergente por parte de MSCI.
Con el correr de los días, los efectos de la mayor volatilidad externa también se
dejaron sentir en el mercado de cambios, sumándose la demanda por cobertura
que suele darse sobre finales de mes y la incertidumbre propia de un entorno
macroeconómico local que aún tiene por delante importantes correcciones en los
frentes fiscal y externo. Así, tras haberse ubicado en niveles de $27,02 por dólar al
inicio de la semana, la divisa norteamericana pasó a cotizar el jueves por encima de
los $28, situación que llevó al Tesoro a incrementar (transitoriamente) sus subastas
diarias de divisas de USD 100 a 150 millones. El viernes, con la cotización tocando
los $29, el Banco Central sumó una oferta adicional de USD 300 millones de sus
reservas, en combinación con operaciones en el mercado de futuros. Esta mayor
oferta pública logró hacer retroceder la cotización del dólar sobre el final de la
jornada, que cerró en $28,85 a nivel mayorista, aunque acumulando un alza de
6,8% en la semana.
En lo que respecta a los datos de actividad agregada, el Estimador Mensual de
Actividad Económica (EMAE) del INDEC experimentó en abril un descenso de 2,7%
(sin estacionalidad) en relación a marzo y de 0,9% en la comparación con un año
atrás, si bien en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2018 aún presentó
un crecimiento de 2,4% en relación al mismo período de 2017.
El retroceso que experimentó el nivel de actividad durante abril se vinculó, en
forma casi exclusiva, al comportamiento del sector agropecuario, que afectado por
la sequía se contrajo 30,8% en términos interanuales, con una incidencia sobre el
índice general de -3,8 puntos porcentuales. Si bien el sector del transporte también
presentó una variación negativa (-0,8% i.a.) por su vinculación con la actividad
agrícola, 12 de los 15 sectores de actividad relevados se mantuvieron en terreno
positivo, con alzas importantes en Construcción (10,2%) e Intermediación
financiera (9,4%). De hecho, aislando el efecto de la sequía, el resto de los sectores
evidenciaron un incremento promedio de 2,9% interanual, reflejo de un
crecimiento que al mes de abril se mostraba sectorialmente difundido.
Por otro lado, en lo que hace a los datos del balance de pagos, el déficit de la
Cuenta Corriente presentó un incremento de USD 2.465 millones respecto a igual
período de 2017, aunque el nuevo entorno macroeconómico derivado de las
recientes correcciones cambiarias se prevé que tenga un efecto sobre los números
del sector externo. De hecho, las proyecciones en las que se centra el reciente
acuerdo con el FMI contemplan una reducción en el déficit de Cuenta Corriente de
4,8% del PIB en 2017 a 3,6% en 2018.
En suma, mientras se corrigen los desequilibrios estructurales de la economía
doméstica, los movimientos observados en los mercados financieros globales
siguen impactando de manera amplificada a escala local, pese a recientes noticias
positivas. En este marco, desde el gobierno se ha comenzado a reforzar el mensaje
de cumplimiento de los objetivos trazados para reducir el déficit fiscal y las
necesidades de financiamiento, a los fines de acotar la vulnerabilidad externa,
además de mantenerse transitoriamente un accionar más decidido en el mercado
de cambios tendiente a evitar una volatilidad excesiva, dos elementos clave para
recomponer la confianza y recuperar la iniciativa.

Fuente: Banco Ciudad

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