En la última semana, a partir de los cambios en la conducción del Banco Central y
dentro del gabinete nacional, se pusieron en marcha un conjunto de medidas
tendientes a reforzar la oferta y contener la demanda de divisas, apuntando a
estabilizar el mercado cambiario, algo clave para una economía altamente
dolarizada como la Argentina, donde movimientos bruscos del tipo de cambio
pueden ser disruptivos. A ello se sumó tanto el desembolso del primer tramo del
programa Stand-By acordado con el FMI, tras la aprobación definitiva del Directorio
del organismo, como así también la recategorización de Argentina como economía
emergente por parte de MSCI, otro elemento que contribuyó a cambiar el humor
en los mercados.
En lo que hace al accionar de la autoridad monetaria, el foco de la nueva
conducción de la entidad se centró, inicialmente, en normalizar el mercado de
cambios vía una amplia batería de medidas. Con vistas a alimentar la oferta de
dólares, se puso en práctica un mecanismo de licitación de divisas para los
primeros dos días de la semana, como anticipo del programa más extenso que se
iniciaría luego del ingreso de los fondos del FMI. Asimismo, también se dispuso una
nueva reducción en las tenencias de dólares de los bancos, aunque en esta
oportunidad se les permitió superar los límites normativos si el exceso de posición
en moneda extranjera es mantenido en LETES en dólares, apuntando a brindar
mayor liquidez a estos instrumentos, de manera que otros inversores
institucionales (aseguradoras o fondos comunes de inversión) los tomen como
referencia para posicionarse en moneda dura, quitando presión al dólar billete.
Por otro lado, previo a un nuevo “supermartes” de licitación de Lebacs, se buscó
restar liquidez en pesos a partir de un incremento en los encajes bancarios, como
forma de acotar presiones en la plaza cambiaria. Se dispuso una suba escalonada
de 5 puntos porcentuales (3 puntos en junio y otros 2 en julio) que resultaría en
una absorción de liquidez del orden de los $100.000 millones, permitiéndole a los
bancos integrar este incremento en los requisitos de liquidez mediante un bono en
pesos a tasa fija emitido por el Tesoro a comienzos de la semana.
Por el bono en cuestión, a dos años y medio de plazo, y una tasa del 26%, se
recaudaron $55.753 millones, al que se sumó otro título denominado en dólares,
de un año de plazo por USD 2.000 millones (equivalentes a otros $55.753 millones),
constituyendo ambas emisiones el primer paso en la estrategia de desarme del
stock de Lebacs, acordada con el FMI, para sanear la hoja de balance del BCRA. De
acuerdo a lo informado por el Ministerio de Hacienda, $67.552 millones tendrán
como destino la recompra de Letras Intransferibles en poder del Banco Central,
permitiéndole a este último emplear dichos fondos para la reabsorción de Lebacs.
En este sentido, debe tenerse en cuenta que, tras la licitación del martes, el stock
de Lebacs ya se contrajo en $206.000 millones, experimentando un descenso de
17% y acumulando en las últimas tres semanas un retroceso de 23%. Como
resultado de esta caída, pero también de la suba del tipo de cambio y del
engrosamiento de las Reservas del BCRA asociado al ingreso de las divisas del FMI,
el stock de Lebacs pasó de representar 104% de las reservas internacionales a
comienzos de mayo a un 58% actualmente.
Ya el miércoles, otro factor que contribuyó a descomprimir las tensiones
cambiarias tuvo que ver con la aprobación del acuerdo con el FMI y el posterior
desembolso del primer tramo del programa, por USD 15.000 millones. De dicho
monto, USD 7.500 millones serán volcados al mercado de cambios mediante un
esquema de licitaciones de USD 100 millones diarios, iniciado el jueves y a
realizarse a lo largo de los próximos 75 días hábiles, destinado a cubrir las
necesidades de pesos del Tesoro y acotar las expectativas de suba del tipo de
cambio.
En la misma tónica, la recategorización de Argentina como economía emergente,
un estatus que se había perdido en 2009, también permitió imprimir un cambio de
humor en los mercados frente a la expectativa de un ingreso de capitales estimado
en más de USD 3.000 millones, a medida que los fondos internacionales que
buscan replicar el índice de mercados emergentes elaborado por MSCI comiencen
a tomar posiciones en acciones locales.
En suma, tomados en conjunto, el accionar coordinado del BCRA con el Ministerio
de Hacienda y Finanzas, el arribo de fondos provenientes del acuerdo con el FMI, y
la recategorización del país como economía emergente, permitieron estabilizar el
tipo de cambio durante la semana, observándose incluso un descenso en la
cotización del dólar, que cerró el día viernes en $27,01 a nivel mayorista, tras
haberse situado en $27,90 cuatro días atrás (-3,2%), dándose los primeros pasos
para comenzar a dejar atrás las turbulencias cambiarias.